miércoles, 28 de septiembre de 2016

Esperar y el tiempo

Y aquí estoy yo, un día más, una noche más, esperando. Estúpida ilusa, niña encerrada en los cuentos de hadas, ¿qué crees que haces esperando? ¿qué es tan importante como para perder tu tiempo y tus ganas por esperar?

Un mensaje, una llamada, una visita; un te echo de menos, cuando menos te lo esperas, un buenos días acompañado de cualquiera apelativo que te daría ganas de vomitar, pero que como te lo ha dicho él te revuelve el cuerpo entero y te llena de cosquillas. Quizá estás esperando que dé el primer paso, o quizá estés esperando a que no lo dé, para tener todas las cosas claras...

No lo sé, y si te digo la verdad, tampoco tiene mucha importancia. Sólo quiero que sepas que deberías dejar de esperar. Todo eso no va a venir, porque ni los príncipes de disney existen ni los hombres enamorados se comportan como en las películas, así que deja de esperarlo. Ya eres mayorcita para seguir creyendo en cuentos de hadas y princesas, eres mayor para saber que eso solo pasa en las películas y tú no vives dentro de una, precisamente.

Yo dejé de esperar hace mucho, y aprendí que quien te quiere te busca y que el que no vale la pena te hace perder el tiempo, y que no siempre el primer paso lo tiene que dar la otra persona, porque puede que también te esté esperando a ti y ninguno acabéis dándolo y os perdáis.

No pasa nada, todo se va aprendiendo con el paso del tiempo y los errores te van enseñando, así que no esperes, da el paso, y no le des a alguien que no lo merece lo único que no vas a recuperar, que es tu tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario